La bulimia es una palabra de origen latino
(būlīmia), que a su vez deriva del griego. El término hace referencia a alguien
que siente un deseo exagerado de comer, sin que logre saciar su apetito. Por
eso es habitual que a las comidas compulsivas le sigan etapas donde el paciente
se niega a ingerir alimentos o realiza ayunos. El concepto se utiliza en la
medicina y en la psicología ya que la bulimia nerviosa es un trastorno mental
relacionado con la comida.
Tras esta conducta, el sujeto se siente
culpable. Aunque el tipo de comida que se consume en los atracones suele ser
variado, los bulímicos tienen tendencia a optar por los dulces y los alimentos
con gran cantidad de calorías. Los individuos con este trastorno sienten
vergüenza por su conducta e intentan esconder u ocultar los síntomas.
Los afectados por la bulimia también
desarrollan conductas que intentan compensar los atracones pero que resultan
muy dañinas. De esta manera, pueden provocarse un vómito después de cada comida
para expulsar los alimentos y así no subir de peso. Al vomitar, el bulímico ya
no siente un malestar ni miedo a engordar, lo que lo habilita a comer
nuevamente y a que el ciclo se reinicie.
Este trastorno alimenticio que estamos abordando se ha convertido en uno de los grandes males para muchas mujeres, y también para hombres aunque en menor medida, en estos momentos. Por tal motivo, se han cometido y se siguen cometiendo una serie de estudios para determinar sus causas y sus efectos así como los diversos tratamientos existentes.
Con respecto al primer asunto, el de las
causas, hay que subrayar que estas pueden ser básicamente de tres tipos:
biológicas, psicológicas y sociales. Entre las primeras se encuentran hechos
como la predisposición genética, los desórdenes hormonales o bien el que una
persona que sufra sobrepeso se someta a dietas estrictas que lo único que hacen
es crearle mucha mayor ansiedad.
Desde el punto de vista psicológico las causas
más frecuentes que hacen que una persona sufra bulimia son los problemas afectivos
que puedan existir en el entorno, el estar pasando una depresión, la presión
que se puede llegar a sentir por estar físicamente perfecta o el menosprecio
que sienta tanto por parte del entorno como por sí misma.
Sin embargo, en materia social, los hechos que
pueden llevar a alguien a padecer dicho trastorno alimenticio son el asociar
delgadez con éxito y fama, la necesidad de sentirse querida y admirada por
quienes le rodean o el deseo de integrarse y formar parte de un grupo.
Entre los efectos directos e indirectos de la
bulimia, se encuentran la deshidratación, la aparición de caries dentales, los
cambios en el ciclo menstrual y la caída de cabello. El tratamiento de este
trastorno debe ser indicado por un psiquiatra.
La psicoterapia y los fármacos son los dos
tratamientos más frecuentes que existen para tratar la bulimia, un trastorno
que en muchas ocasiones suele confundirse con la anorexia. No obstante hay que
subrayar que mientras que aquella se manifiesta por una manera desmesurada de
comer, la segunda se define porque es la falta anormal de ganas de alimentarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario